Perlas del Mar de Cortez – ESPAÑOL

Valor de una Perla

Color

Oriente

Lustre

Superficie

Tamaño

Forma

En el Instituto de Gemología de Norteamérica (GIA) se utiliza un sistema basado en 6 factores de valor de la perla y son: tamaño, forma, color, grosor de nácar, lustre, superficie y emparejado. Casi todos los distribuidores de perlas utilizan este sistema, aunque a veces con diferencias.

En la Granja de Perlas del Mar de Cortez se consideran 6 factores principalmente y la calidad y valor de una perla se determina por estas características:

El Lustre

Su forma

Su pureza

(Limpieza de superficie)

El tamaño

Su color

Su grosor

DE NÁCAR

¿Sabías que puedes distinguir a una auténtica
perla del Mar de Cortez con luz UV?

Esta especie tiene una reacción única a la luz ultravioleta que le diferencia de otro tipo de perlas.

Las gemas se distinguen por tres aspectos:

Belleza, Rareza y Durabilidad. La Belleza de estas perlas viene con unos colores extraordinarios y un suave lustre aterciopelado, la Durabilidad se la da un buen grosor de nácar gracias al largo tiempo de cultivo, y la Rareza, que es esencial para las gemas, la tiene debido a lo difícil y laborioso que es obtener estas perlas de nuestra especie Pteria sterna.

A continuación, una explicación breve de
cada uno de estos factores:

1) LUSTRE:

El lustre es uno de las principales características de la perla y se distingue por el “reflejo” de la perla. Cuando uno observa la perla, puedes observar tu propio reflejo en ella, como en un espejo; entre mejor o mas definido sea este reflejo, mejor el lustre de la perla.

Las perlas con un buen grosor de nácar se ven lustrosas y pueden tener un exquisito oriente/sobretonos.

2) FORMA:

Las perlas tienen formas variadas, aunque muchas personas creen que solo existe una forma: la redonda. En realidad, las perlas de forma 100% redonda son mucho más difíciles de obtener, por lo que alcanzan un precio mucho más alto. Sólo del 5 al 25% de una cosecha de perlas sale con forma redonda a semi-redonda.

Las perlas semi-barrocas son muy codiciadas en algunos países, especialmente en las formas de gota, donde se conocen como “cabuchones “, gotas o peras. Son muy populares en la joyería y se utilizan principalmente en colgantes y aretes.

Las perlas barrocas no tienen una forma definitiva, siendo siempre irregulares en su piel/superficie, coloración y apariencia. Las perlas barrocas son únicas, por lo que pueden dar un aspecto más natural a las joyas. La siguiente imagen es de un collar de perlas barrocas, cada una es diferente, algunas tienen formas suavizadas y se ven más parecidas a las redondas.

3) LA PUREZA DE LA SUPERFICIE:

La superficie de una perla se puede evaluar con la presencia -o ausencia- de defectos de superficie. Ejemplos de estos son: puntos, manchas y “cacarizos” (se asemejan a una “mordida”). A esto se le refiere como la “pureza” (o “limpieza”) de la perla.

Todos estos defectos afectan la calidad de la perla. Una perla con más del 50% de su superficie cubierta por defectos debiera de ser destruida. Por otra parte, una perla totalmente libre de defectos es considerada una auténtica Gema.
La nomenclatura para categorizar la calidad de una perla varía de compañía en compañía, por lo que una perla de calidad “A” puede ser equivalente a la calidad “B” de otra compañía. Pero en el caso de las Perlas del Mar de Cortez® usualmente se puede decir lo siguiente:

Calidad “Gema”: Sin defectos de superficie. Lustre alto y elevado cromatismo (colores intensos e inusuales). Son perlas de la mas alta calidad.

Calidad “A”: de 1 a 5 defectos menores, con lustre medio a alto, superficie muy limpia.

Calidad “B”: de 5 a 10 defectos menores; lustre bajo a alto, superficie a veces amartillada o con otros defectos.
Los defectos de superficie son tan comunes en una perla como lo son las cicatrices en nuestra piel, por lo que existe un mínimo aceptable.

4) EL TAMAÑO O TALLA DE PERLA:

Las perlas de mayor tamaño alcanzan un mayor valor que las de menor tamaño, debido a que es más difícil obtenerlas (ley de la oferta y la demanda).

Se consideran perlas muy pequeñas a aquellas de 5 mm o menos, pequeñas a las de tamaño entre 5.1 y 8.5 mm, medianas a las de 8.6 a 11 mm, grandes a las de 12 hasta 18 mm y muy grandes a aquellas de hasta 28 mm.

5) EL COLOR:

El color es uno de los atributos más subjetivos de la perla, y a veces es el más difícil de explicar o describir. Esto se debe a que la iluminación, el color del fondo, e incluso diferencias personales, pueden afectar el color o la forma en que el color se aprecia.

Uno de los colores más populares es el “blanco”, ya que la mayoría de las personas consideran que las perlas son o debieran ser blancas. Nada más erróneo que esto: el consumidor fue simplemente “acostumbrado” a adquirir perla blanca -ya que las perlas cultivadas se originaron en Japón, donde se producen perlas de tonos claros- pero antes de este importante evento la gente adquiría perlas de todos los colores posibles: blancas, grises, negras, rosáceos, verdes, doradas, etc.

  • De hecho, la mayor parte de las personas que adquieren perlas “blancas” realmente adquieren perlas de color “amarillo”, “dorado” o “crema” (basta comparar el color de la perla contra una hoja de papel limpia) cuyo color se debe a pigmentos presentes en la perla debido al elevado nivel de estrés de las ostras en cultivo (debido a la contaminación o el manejo inapropiado de las ostras).
  • Una gran parte de las perlas “blancas” han sido previamente blanqueadas (con ayuda de una solución de agua y cloro y rayos Ultravioleta). En este grupo se incluyen las perlas “Akoya” de China y Japón, y las perlas de agua dulce de China.
  • Con la variedad actual de colores naturales y sobretonos (oriente) en las perlas, un sólo color no resulta suficiente. Afortunadamente, nunca antes en la historia de la humanidad había existido tal variedad de perlas con colores naturales.
  • El color de las perlas se puede escoger en base al color de la piel, vestimenta e incluso el estado emocional de la persona. Ya no existe la necesidad de limitarse al blanco y negro.
  • Las perlas de color natural incluso “cambian” su coloración bajo diferente iluminación ambiental, por lo que pueden evocar diferentes emociones y sentimientos en las personas.

6) EL GROSOR DEL NÁCAR:

Este es un muy importante factor (algunos dicen que es el principal) para considerar la compra de una perla. El grosor de nácar es -parcialmente- responsable del lustre y del oriente de una perla: la perla está compuesta de millones de delgadas capas de nácar -al mismo tiempo transparentes y reflectoras- por lo que cuando la luz llega a una perla, una parte atraviesa una capa y otra es reflejada al exterior, este efecto se repite millones de veces y nos da ese cálido brillo, tan característico de esta gema. Si la capa de nácar es delgada, no obtendremos este deseable efecto.
Muy importante además, es la durabilidad de la perla en sí. Una buena capa de nácar le asegura una larga vida a la perla (más de 500 años), mientras que un grosor menor a 0.3 mm asegura una vida de tan sólo unos cuantos meses.
El nácar además de ser el material del que están hechas las perlas, se puede utilizar para hacer la crema de concha nácar que se utiliza para quitar manchas en la piel ocasionadas por el sol, acné o edad.
Para aprender y desarrollar experiencia en la valuación de Perlas y otras Gemas en México, visita el sitio del Instituto de Gemología y Alta Relojería.
Si tienes preguntas estamos a tus órdenes vía Whatsapp (52) 622 131 8585
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