Conócenos
Para poder producir estas extraordinarias perlas se requiere de gran paciencia de parte de los perlicultores. Se necesitan hasta cuatro años para lograr una cosecha de hermosas y duraderas perlas, auténticas gemas. Durante este prolongado lapso de tiempo hay que trabajar constantemente en el mantenimiento de las ostras y resistir los embates del mundo natural, tales como los huracanes y el cambio climático.
Perlas del Mar de Cortez.
El golfo de California es un mar productivo y de gran diversidad. Entre sus riquezas, la más destacada es la perla que produce la Concha Nácar (Pteria sterna). Una perla única en el mundo por sus variados colores y su atractivo “oriente”. Ese tornasol que se ve en su superficie, la iridiscencia que nos sorprende con diferentes colores en una misma perla.
En la Bahía de Bacochibampo, Guaymas, Sonora, se encuentra la única granja de perlas en el mundo que trabaja con esta especie que es tan atractiva, pero tan difícil de cultivar. Se requirieron muchos años de investigación en el Campus Guaymas del Tec de Monterrey para desarrollar la tecnología que dio origen a la única granja de producción comercial de perlas en el Continente Americano.
La Especie
Pteria sterna, la concha nácar, es nativa del Mar de Cortés, o Golfo de California, y resalta entre todas las ostras perleras por su variado y colorido nácar. Los colores de sus perlas son el resultado del juego de luz cuando pasa a través de sus finas y translúcidas capas de nácar. Imposible pensar que este atractivo efecto pudiera mantenerse confinado eternamente en el interior de las conchas.
Debido a la baja producción de las perlas naturales, sólo una de diez mil ostras produce una perla de valor, fue imposible mantener una pesquería comercial de perlas. Sólo a través de la acuacultura el retorno de la Perla Mexicana.La pesquería de perlas colapsó porque solo una de cada diez mil ostras contenía una perla de valor. Unas cuantas perlas de buena calidad podían pagar el esfuerzo, pero cada vez, sacrificaban cientos de miles de ostras. Hoy, modernas prácticas de cultivo permiten que se produzca nuevamente la perla mexicana y ahora sin tocar los bancos naturales.
Comercio Justo
Formar parte del Comercio Justo es una elección que hacemos en Perlas del Mar de Cortez que se refleja en la integridad del producto, el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social.
La integridad del producto se genera con el respeto con que se maneja la belleza original de estas gemas de colores naturales, garantizando que estén libres de cualquier forma de tratamiento químico o físico para alterar su apariencia.
Por otra parte, la granja de perlas funciona como un centinela de buenas condiciones medioambientales ya que la belleza multicolor en estas perlas sólo puede lograrse dentro de un ambiente prístino.
La responsabilidad social implica comprender que, más allá de sólo dar empleo, se debe fomentar el desarrollo de una cultura laboral formal y respetuosa, cumpliendo con los más altos estándares internacionales.
Los productos de lujo, como la joyería y las gemas, que manejan con ética los aspectos ambientales y sociales a lo largo de la cadena de producción pueden llevar esperanza y bienestar a todos los actores involucrados.
Somos una empresa de socios mexicanos con el objetivo de traer de vuelta las Perlas del Mar de Cortez® a los mercados mundiales a través de la maricultura de un modo sostenible.
Iniciamos como un proyecto de investigación sobre ostras perleras nativas y fuimos creciendo con el apoyo de la comunidad de Guaymas hasta llegar a este punto en el que somos 22 trabajadores en la granja.
